Articulo: Controversial
plan urbanistico revive area de Biscayne Blvd
Por Andres Vuglucci (The Miami Herald)
El renacimiento urbano que está alterando en
estos momentos un tramo de 12 cuadras de
Biscayne Boulevard al norte del Omni no es
accidental.
En una ciudad diseñada para carros, no para
personas, lo que se ve ahora en el área es algo
completamente distinto: un vecindario de tiendas
y apartamentos donde se puede caminar, el
resultado de una planificación urbana a la
antigua llevada a cabo nada menos que por la
ciudad de Miami.
¿Podría el plan de rezonificación Miami 21,
ambicioso y polémico, que va a decidir el jueves
la comisión de la ciudad luego de años de
demora, repetir el renacimiento de Biscayne
Boulevard por el resto de la ciudad?
Esta pregunta es esencial en el debate sobre el
ambicioso plan, que desecharía el presente
código de zonificación de la ciudad, rígido y
centrado en los automóviles, por un conjunto de
reglas nuevas y ostensiblemente simple, probadas
primero en esta área de Biscayne Boulevard.
Las 12 cuadras, de la NW 18 Street a la 30, no
tienen nada de mágico ni glamoroso. No pueden
compararse con South Beach. Pero el éxito
alcanzado por los esfuerzos de los
planificadores de la ciudad, usando los
principios básicos de Miami 21, parece
innegable.
Ellos han favorecido el comercio y el tráfico de
peatones mezclando el uso comercial y
residencial, además de reformular la manera en
que los nuevos edificios se comunican con la
calle para devolver su papel a las aceras.
Por esas mismas aceras en que las prostitutas
eran las reinas de la noche, ahora hay personas
empujando cochecitos de bebé --con bebés
adentro.
También se ven personas montando bicicleta,
corriendo, saliendo de compras, paseando a sus
perros, almorzando o tomando café con sus
amistades --incluso caminando al trabajo.
No se fije en el Starbucks (aunque hay uno nuevo
señalando el extremo norte del sector
revitalizado, en NE 30 Street). Si la presencia
de peluqueros caninos es una medida de algo, el
Boulevard que corre junto al viejo barrio de
Edgewater es todo un éxito: hay dos.
"Y ¿Sabe qué es lo que me gusta? Aquí hay
lavanderías y restaurantes y todos los
lugarcitos convenientes que uno necesita, y
antes no los había'', dijo David Carolan,
director del ventas del nuevo proyecto
residencial y comercial City 24, cuya planta
baja alberga un gimnasio de entrenadores
personales, un complejo de salud y la nueva
tienda de New York Bagels.
Del otro lado de Biscayne Boulevard, Joe Jacobs
mudó su negocio de facturación médica a una
oficina en un edificio de condominios y tiendas
en la 25 Street donde se encuentra el popular
restaurante Mario the Baker. En una calle
lateral, la puerta de la oficina de Jacobs se
abre directamente a la acera. Un médico se está
mudando al lado. Sobre ellos hay un estudio de
grabaciones. Las oficinas ocultan el costado del
gigantesco garaje del edificio, y sus ventanas
dan a la calle.
No obstante, Miami 21, piedra angular de los
planes del alcalde de Miami, Manny Díaz, ha
probado ser un método polémico. Los activistas
de los barrios se quejan de que hace muy poco
para aguantar el empuje urbanístico, y
arquitectos y abogados de constructores
sostienen que es demasiado restrictivo, todo lo
cual hace que los comisionados teman ocuparse
del plan en medio del año de elecciones.
Eclipsado por el debate sobre la altura de los
edificios y los derechos de las propiedades se
encuentra un objetivo fundamental del plan:
remodelar la urbanización para ayudar a
resucitar distritos viejos y en decadencia como
el Boulevard.
La clave del renacimiento de Biscayne Boulevard
ha sido la afluencia de vecinos atraídos por los
precios razonables de hipotecas y alquileres en
muchos edificios nuevos cuya planta baja está
ocupada por espacios comerciales. Nuevos
negocios, incluyendo una tienda de souvenires de
música rock y una de bicicletas, se han mudado a
edificios históricos construidos en la década de
1920 y protegidos por la ciudad en los últimos
años.
No es casualidad, afirman funcionarios de la
ciudad, pero una estrategia asumida por la
directora de planificación de la ciudad, Ana
Gelabert-Sánchez, y su personal siguiendo los
principios del Nuevo Urbanismo.
"Esto crea una verdadera ciudad, algo por lo que
todos han estado clamando'', afirma
Gelabert-Sánchez.
Esos principios, sobre los que se basa Miami 21,
contrastan con el patrón suburbano, dominado por
los carros, de estacionamientos, paredes lisas,
garajes visibles, entradas que obstruyen las
aceras y edificios apartados y aislados, que
bajo el código actual han dominado, y asfixiado,
las calles de la ciudad.
El código actual ha producido lugares como el
condominio-hotel Doubletree Grand en el distrito
del Omni, y las torres residenciales a lo largo
de Brickell: edificios independientes diseñados
para entrar en auto, con amplias vías y enormes
garajes que ignoran a los peatones.
"Evidentemente,
hay un retorno a la vida urbana, y lo que está
teniendo éxito son los lugares con un buen
carácter urbano de 24 horas'', dijo el abogado
de zonificación y partidario de Miami 21 Neisen
Kasdin, ex alcalde de Miami Beach y
vicepresidente de la Autoridad de Urbanización
del downtown de Miami, señalando a los nuevos
distritos peatonales como Mary Brickell Village.
Pero la transformación de Biscayne Boulevard
sólo ha sido posible tras largas y complicadas
negociaciones con los constructores, y sólo en
el caso de proyectos a gran escala --el
resultado de la ampliación de los poderes de
supervisión de los planificadores de la ciudad
que la comisión aprobó hace varios años.
Miami 21 haría que los diseños urbanos centrados
en los peatones se convirtieran en ley, y
extendería esas reglas a edificios que ahora no
pueden ser supervisados porque son demasiado
pequeños.
El nuevo código prohibiría también el tipo de
edificios que se propagaron durante el reciente
boom en las calles laterales de Edgewater que
llevan a la bahía de Biscayne: torres
gigantescas con garajes patentes y muros
flanqueando las aceras en un barrio
anteriormente pobre, el resultado de una
zonificación flexible hecha hace 20 años. Miami
21 seguiría permitiendo los edificios de gran
tamaño, pero exigiría un mejor diseño.
Los cambios de Miami 21, según los
planificadores de la ciudad, aplicarían
principalmente a las nuevas construcciones o las
renovaciones a gran escala a lo largo de zonas
comerciales.
La mayor parte de las propiedades, incluyendo
las enclavadas en barrios residenciales, no se
verían seriamente afectadas.
Pero algunos arquitectos y abogados argumentan
que Miami 21, que se propuso simplificar las
complicadas capas del código actual, es aún más
complejo y abarcador, lo cual haría más difícil
de decidir lo que un urbanizador o propietario
de vivienda puede o no hacer si quiere construir
en una propiedad específica.